domingo, 22 de junio de 2014

Estudiante de Salamanca-Cuentos del romanticismo

Con respecto a la literatura del Romanticismo encontramos una inevitable comparación entre el Estudiante de Salamanca de José Espronceda y los cuentos del Romanticismo.

En primer lugar vemos que El estudiante de Salamanca es un largo poema en verso el cual nos cuenta la historia de Félix Montemar, quien nos recuerda inevitablemente al Don Juan Tenorio ( de hecho lo llaman el segundo Don Juan) y también tiene otras influencias literarias como El estudiante Lisardo que también ve la visión de su propio funeral lo que le hace recapacitar de su vida como burlador.

El estudiante de Salamanca tiene muchas características del Romanticismo como por ejemplo al comenzar la primera parte se nos describe ese paisaje tétrico y funebre: el silbar del viento, la espesa niebla e incluido el repicar de las campanas. Esto acompañado del ocultismo del personaje pues aparece embozado y con la punta de la españa teñida de sangre, nos describe un paisaje horripilante, al igual que se mostraba en el panteón de los Tenorios en el Don Juan.
 Además debemos de tener en cuenta de que hay dos elemento en esta obra que lo heredaran otras literaturas del romanticismo y es  las 12 de la noche, como hora maldita y la presencia de la luna que siempre augura un final trágico.

Así pues en esta obra también tenemos un fracaso a moroso, si bien Félix Montemar se nos presenta como un demonio, un ser sin sentimiento y que trata a las mujeres como si fueran un simple trofeo, en contraposición tenemos a doña Elvira que representa la doncella ingenua  que muere por un amor no correspondido y que se nos retrata de blanco puesto que representa el amor puro. 

En esta obra al igual que el Don Juan también se le da una oportunidad al burlador de cambiar, a través del fantasma de su amada pero decide no acerlo nisiquiera la visión de su funeral  le convence de aquello y por tanto es condenado al infierno donde se casará con el esqueleto de su amada, pero no es un amor eterno hasta la muerte, sino que por el contrario es un amor infernal y condenado.


Por otra parte los cuentos del romanticismo  han heredado tanto la temática del  Estudiante de Salamanca como su estética tenebrosa.

En primer lugar tenemos el cuento La peña de los enamorados que aparece en El seminario pintoresco español.
 Esta obra recoge el fracaso amoroso del Estudiante. La historia se sitúa en un periodo legendario como es la dominación árabe, en este contexto se produce el deseo amoroso de la morisca Zulema y el español Fadrique, amor que no puede llegar a consumarse pues el padre de ella la va a obligar a casarse con otro hombre. Por tanto huyen de su familia pero al ser perseguidos por su padre deciden arrojarse desde el vació de un peñasco ( el cual lleva su nombre). 

Aparece aquí un elemento vegetal muy importante y es que en la obra se cita un cartel que reza: morir gozando, compuesto por flores. Esto es precisamente lo que deciden hacer, disfrutar de su amor en la vida después de la muerte, como símbolo del amor puro. 

Félix Montemar también decide tomar esta situación  aunque no pensando en su amada sino él mismo, puesto que decide disfrutar de la vida a su manera, sin prejuicios y sin miedo a la muerte.  De hecho solo se somete a las cadenas del amor una vez que se condena al infierno y no hay vuelta atrás.

Otro cuento que recoge la estética romántica es Los tesoros de la Alhambra, que aparece recogido en las Cartas españolas.

En este cuento vemos como dos estudiantes se reúnen a las 12 de la noche ( hora maldita como hemos visto en El estudiante), para hablar sobre temas académicos, hasta que  Don Carlos uno de los estudiantes, le cuenta a su compañero que ha visto un espectro y el cual resulta ser un soldado que guarda tesoros en la Alhambra. Esta estética tenebrosa de fantasma ya lo vimos en El estudiante justo al comenzar la obra.

 Don Carlos trata de liberar a este espectro  de su condena, ya que según cuenta cada tres años intenta que alguien lo libere (vemos de nuevo la cuenta atrás para solucionar un conflicto como muestra El estudiante de Salamanca o Don Juan Tenorio).

 El espectro solo se salvará si Don Carlos le trae tres monedas, que casualmente las ha conseguido gracias a una vieja, aunque como sabemos las ancianas siempre presenta una simbología  ligada a la muerte, por lo que nos presagia el final trágico que va a tener Don Carlos. 

Nuestro protagonista no puede salvar al espectro y en cambio ve como los tesoros se tornar en cenizas y en arena, también hemos visto en El estudiante como las cosas se marchitas cuando se acerca la muerte. Don Carlos se siente impotente por no haber podido salvar al espectro así que decide marcharse lejos a su país, pero a través de una carta le comunica a su amigo que está moribundo debido a que nadie puede sobrevivir una vez visto los tesoros de la Alhambra, se cumple por tanto el final trágico que presagiábamos. 

Ante estas comparaciones es necesario ver a la literatura romántica y su sentimiento agónico hacia la vida por los cambios sociales y morales del siglo XIX, como una estética que afecto por igual manera tanto poema, narrativa así como teatro y que en todas las artes siempre coinciden en un nihilismo por parte de los personajes en su medio, un medio que al igual que ellos se representa funesto.

Jesús Vila García

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