Este fragmento pertenece al capítulo XXVI de La Regenta (1885), obra escrita por
Leopoldo García-Alas Ureña, Clarín. Está dividido con 2 partes. En la primera
parte es Jueves Santo y aparece la noticia de que Ana Ozores, la Regenta, va a
participar en la procesión del viernes santo de Vetusta. Esta noticia impacta
mucho a Obdulia, Visitación y la Marquesa, que consideran una locura ir de
nazarena, y sobre todo, descalza. Aparece después el Marqués con Víctor
Quintanar, exregente y esposo de Ana Ozores, que muestra su oposición a la
decisión de su mujer, pero no puede detenerla. La segunda parte comienza en
viernes Santo, con Fermín de Pas ansioso por la procesión y el poderío que
mostrará a los habitantes de Vetusta. Por otro lado la Regenta, arrepentida de
la decisión que ha tomado, pero lista para afrontar las consecuencias.
Los temas que podemos encontrar son la hipocresía social,
sobre todo en la primera parte, y la envidia que Obdulia muestra por Ana
Ozores, al exponerse al pueblo vestida de nazarena descalza. En la segunda
parte, vemos la ambición del magistral por triunfar ante sus enemigos y la
frustración de la Regenta, lamentándose de la decisión que había tomado, sus
ansias por participar en la procesión habían desaparecido. En el fragmento
podemos ver que se generan conflictos en torno a Ana Ozores y Víctor Quintanar,
ya que este último se opone a que su mujer salga de nazarena, pero no logra que
Ana cambie de opinión.
Los personajes que aparecen en este fragmento son varios.
Empezando por la primera parte, encontramos a la Marquesa, Obdulia y
Visitación, mujeres que se mueven por el mismo círculo social que la
protagonista, Ana Ozores. En esa misma parte aparece Víctor Quintanar, que se
opone a la decisión de su mujer. En la segunda parte aparece Ana, la causante
del espectáculo que hará el viernes Santo en la procesión al salir vestida de
nazarena descalza. Vemos en Fermín de Pas las ansias de salir en la procesión
con la Regenta, así acabaría con todas las calumnias y el desprecio que sentían
por él.
Como hemos dicho antes, en la primera parte los
acontecimientos suceden el jueves Santo en la casa de La Marquesa. En la
segunda parte ya es viernes Santo, presentando un día nublado, Ana Ozores desde
su casa, y Fermín de Pas desde la suya, contemplan el cielo. El magistral
deseando que salga el sol, y la Regenta deseando que llueva para suspender la
procesión y vestirse de nazarena.
Respecto a los recursos narrativos, en la primera parte del
fragmento vemos mucho diálogo. Mediante el diálogo vemos las reacciones de La
Marquesa, Obdulia y Visitación al recibir la noticia. En el diálogo podemos ver
un habla coloquial. Según el carácter o el estado de los personajes cambia el
habla de los personajes. Por ejemplo, Visitación, indignada por la noticia, “¿Y
el pobre calzonazos dio su permiso?”, o la exaltación de Víctor Quintanar “-¡Descalzas!
¿y mi mujer va a ir descalza? ¡Ira de Dios! ¡eso sí que no!... ¡Pardiez!”. Aquí
vemos una puntual reproducción del lenguaje.
En la segunda parte vemos el monólogo interior de Ana
Ozores, arrepentida por su decisión, pero convenciéndose de que no tiene más
remedio que cumplir con su palabra, intentando buscar los ánimos que tenía días
atrás, pero habían desaparecido, por ejemplo, <<Yo soy una loca -pensaba-
tomo resoluciones extremas en los momentos de la exaltación y después tengo que
cumplirlas cuando el ánimo decaído, casi inerte, no tiene fuerza para querer».
También vemos un monólogo interior del magistral, «¿Llovería? Hubiera dado años
de vida porque el sol barriera aquel toldo ceniciento y se asomara a iluminar
cara a cara y sin rebozo aquel día de su triunfo... ¡Dos días de triunfo! ¡El
miércoles el entierro del ateo convertido, el viernes el entierro de Cristo, y
en ambos él, don Fermín triunfante, lleno de gloria, Vetusta admirada,
sometida, los enemigos tragando polvo, dispersos y aniquilados!».
Hay ausencia de reflexiones personales por parte del
narrador, por tanto vemos el gran predominio de la objetividad.
La objetividad, la importancia de lo contemporáneo y la
representación de una historia que parezca verdadera (verosimilitud). Para que
la historia parezca verdadera el autor utiliza el detallismo fotográfico, las
alusiones al pasado de un personaje (como el pasado de Ana Ozores), la
localización espacio-temporal de los acontecimientos, y abundancia de diálogos
caracterizadores de cada personaje. Estas son algunas de las características
del realismo que están presentes en la Regenta.
El léxico que utilizan los personajes en este fragmento es
típico del habla coloquial, como la palabra “calzonazos”, dicha por Visitación,
o las expresiones de Víctor Quintanar al sobresaltarse con la noticia de que su
mujer irá de nazarena descalza.
Clarín entrecomilla las voces de los personajes cuando hay
una reproducción de sus pensamientos, emociones, sensaciones… Aquí está presente
el estilo indirecto libre, un ejemplo, «Sí, escándalo era; la mujer de su casa,
la esposa honesta, protestaba dentro de Ana contra el espectáculo próximo...
No, no estaba segura de que su abnegación fuese buena siquiera; acaso era una
desfachatez; la paz de su casa, el recato del hogar, lo decían con silencio
solemne...» y Ana sudaba de congoja... «¡Lo que había prometido!».
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