domingo, 22 de junio de 2014

Comentario de La Regenta

Este fragmento pertenece al capítulo XXVI de La Regenta (1885), obra escrita por Leopoldo García-Alas Ureña, Clarín. Está dividido con 2 partes. En la primera parte es Jueves Santo y aparece la noticia de que Ana Ozores, la Regenta, va a participar en la procesión del viernes santo de Vetusta. Esta noticia impacta mucho a Obdulia, Visitación y la Marquesa, que consideran una locura ir de nazarena, y sobre todo, descalza. Aparece después el Marqués con Víctor Quintanar, exregente y esposo de Ana Ozores, que muestra su oposición a la decisión de su mujer, pero no puede detenerla. La segunda parte comienza en viernes Santo, con Fermín de Pas ansioso por la procesión y el poderío que mostrará a los habitantes de Vetusta. Por otro lado la Regenta, arrepentida de la decisión que ha tomado, pero lista para afrontar las consecuencias.
Los temas que podemos encontrar son la hipocresía social, sobre todo en la primera parte, y la envidia que Obdulia muestra por Ana Ozores, al exponerse al pueblo vestida de nazarena descalza. En la segunda parte, vemos la ambición del magistral por triunfar ante sus enemigos y la frustración de la Regenta, lamentándose de la decisión que había tomado, sus ansias por participar en la procesión habían desaparecido. En el fragmento podemos ver que se generan conflictos en torno a Ana Ozores y Víctor Quintanar, ya que este último se opone a que su mujer salga de nazarena, pero no logra que Ana cambie de opinión.
Los personajes que aparecen en este fragmento son varios. Empezando por la primera parte, encontramos a la Marquesa, Obdulia y Visitación, mujeres que se mueven por el mismo círculo social que la protagonista, Ana Ozores. En esa misma parte aparece Víctor Quintanar, que se opone a la decisión de su mujer. En la segunda parte aparece Ana, la causante del espectáculo que hará el viernes Santo en la procesión al salir vestida de nazarena descalza. Vemos en Fermín de Pas las ansias de salir en la procesión con la Regenta, así acabaría con todas las calumnias y el desprecio que sentían por él.
Como hemos dicho antes, en la primera parte los acontecimientos suceden el jueves Santo en la casa de La Marquesa. En la segunda parte ya es viernes Santo, presentando un día nublado, Ana Ozores desde su casa, y Fermín de Pas desde la suya, contemplan el cielo. El magistral deseando que salga el sol, y la Regenta deseando que llueva para suspender la procesión y vestirse de nazarena.
Respecto a los recursos narrativos, en la primera parte del fragmento vemos mucho diálogo. Mediante el diálogo vemos las reacciones de La Marquesa, Obdulia y Visitación al recibir la noticia. En el diálogo podemos ver un habla coloquial. Según el carácter o el estado de los personajes cambia el habla de los personajes. Por ejemplo, Visitación, indignada por la noticia, “¿Y el pobre calzonazos dio su permiso?”, o la exaltación de Víctor Quintanar “-¡Descalzas! ¿y mi mujer va a ir descalza? ¡Ira de Dios! ¡eso sí que no!... ¡Pardiez!”. Aquí vemos una puntual reproducción del lenguaje.
En la segunda parte vemos el monólogo interior de Ana Ozores, arrepentida por su decisión, pero convenciéndose de que no tiene más remedio que cumplir con su palabra, intentando buscar los ánimos que tenía días atrás, pero habían desaparecido, por ejemplo, <<Yo soy una loca -pensaba- tomo resoluciones extremas en los momentos de la exaltación y después tengo que cumplirlas cuando el ánimo decaído, casi inerte, no tiene fuerza para querer». También vemos un monólogo interior del magistral, «¿Llovería? Hubiera dado años de vida porque el sol barriera aquel toldo ceniciento y se asomara a iluminar cara a cara y sin rebozo aquel día de su triunfo... ¡Dos días de triunfo! ¡El miércoles el entierro del ateo convertido, el viernes el entierro de Cristo, y en ambos él, don Fermín triunfante, lleno de gloria, Vetusta admirada, sometida, los enemigos tragando polvo, dispersos y aniquilados!».
Hay ausencia de reflexiones personales por parte del narrador, por tanto vemos el gran predominio de la objetividad.
La objetividad, la importancia de lo contemporáneo y la representación de una historia que parezca verdadera (verosimilitud). Para que la historia parezca verdadera el autor utiliza el detallismo fotográfico, las alusiones al pasado de un personaje (como el pasado de Ana Ozores), la localización espacio-temporal de los acontecimientos, y abundancia de diálogos caracterizadores de cada personaje. Estas son algunas de las características del realismo que están presentes en la Regenta.
El léxico que utilizan los personajes en este fragmento es típico del habla coloquial, como la palabra “calzonazos”, dicha por Visitación, o las expresiones de Víctor Quintanar al sobresaltarse con la noticia de que su mujer irá de nazarena descalza.

Clarín entrecomilla las voces de los personajes cuando hay una reproducción de sus pensamientos, emociones, sensaciones… Aquí está presente el estilo indirecto libre, un ejemplo, «Sí, escándalo era; la mujer de su casa, la esposa honesta, protestaba dentro de Ana contra el espectáculo próximo... No, no estaba segura de que su abnegación fuese buena siquiera; acaso era una desfachatez; la paz de su casa, el recato del hogar, lo decían con silencio solemne...» y Ana sudaba de congoja... «¡Lo que había prometido!».

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