El estudiante
de Salamanca, obra escrita por José de Esponcedra, es un cuento en verso
que pertenece a la tradición legendaria.
En la obra se dan los rasgos estilísticos típicos
del cuento romántico, que da cabida a temas trágicos, religiosos, morales, de
amor… El narrador es generalmente en tercera persona y omnisciente. El cuento está dividido
en cuatro partes, cada una encabezada por un lema. El cuento es un largo poema de la
noche y la muerte, desarrollado entre media noche y el amanecer.
En la obra aparecen lugares y personajes siempre
llenos de misterio, sombríos y siniestros. Hay un cambio del lugar a un territorio
fantástico, se transforma en un mundo penumbroso lleno de espectros. Este
desplazamiento es algo común del cuento romántico.
El cuento reúne varios motivos temáticos comunes en
el romanticismo y que ya tienen unos antecedentes.
El donjuanismo es uno de los principales. El
protagonista, don Félix, es un orgulloso y arrogante estudiante que no acepta otra
ley que no sea la suya. Se parece en muchos sentidos al don Juan Tenorio de
Zorrilla, en su donaire físico, su audacia y su cinismo. Don Félix es una nueva
reencarnación del diablo, con la
diferencia de que él no se arrepiente de nada, incluso a la hora de morir, al
contrario que don Juan Tenorio.
La mujer transformada en esqueleto es un motivo
temático espeluznante que guía a don Félix hasta la muerte. El encuentro nocturno
con la dama misteriosa es una advertencia y una premonición del castigo que
recibirá el protagonista. Esto aparece desde el Siglo de Oro, donde al final de
la obra, antes de morir los personajes mostraban su arrepentimiento, aunque en
este caso don Félix continua siendo desenfrenadamente arrogante.
La visión de su propio funeral tiene como
antecedente La leyenda del estudiante
Lisardo, donde el estudiante presencia su propio funeral al igual que Félix.
El poder que creen tener los protagonistas los
hacen ser como son, sus interminables acciones déspotas y criminales, de las
cuales se arrepienten al morir, a excepción de algunos como don Félix.
La muerte de los protagonistas es algo que se ve
mucho en los cuentos románticos, como por ejemplo La peña de los enamorados. Zulema, una bella mujer mora, está
enamorada de don Fadrique, un soldado cristiano, pero ella piensa que su padre
se opondrá a su relación. Intentan escapar juntos, pero una vez que el
padre de Zulema les alcanza, los dos se tiran por una peña, no quieren vivir si
no están juntos. Su padre, al no aceptar esta unión fue quien causó, en cierta
manera, la muerte de los enamorados.
En La dama
blanca de Baden, el cuento está centralizado en una leyenda, la historia de
una mujer bella pero ambiciosa, que ansiaba el poder y mata a sus dos hijos
para poder casarse con un joven de buena posición social. Esta leyenda, como se
dice antes, centraliza el cuento, el encuentro con “la dama blanca” es una
premonición de muerte para la persona que la ve.
Para terminar, el cuento El aparecido, también centralizado por la leyenda de un pueblo
arruinado por un fantasma que acechaba a los habitantes, era el fantasma de un
gran señor que residía en una villa, a su muerte fue muriendo cada más gente,
de manera misteriosa. La presencia de fantasmas aparece de nuevo como un
presagio de muerte, de nuevo un común motivo temático romántico.
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