martes, 3 de junio de 2014

El estudiante de Salamanca y cuentos románticos.

El estudiante de Salamanca, obra escrita por José de Esponcedra, es un cuento en verso que pertenece a la tradición legendaria.
En la obra se dan los rasgos estilísticos típicos del cuento romántico, que da cabida a temas trágicos, religiosos, morales, de amor… El narrador es generalmente en tercera persona y omnisciente. El cuento está dividido en cuatro partes, cada una encabezada por un lema. El cuento es un largo poema de la noche y la muerte, desarrollado entre media noche y el amanecer.
En la obra aparecen lugares y personajes siempre llenos de misterio, sombríos y siniestros. Hay un cambio del lugar a un territorio fantástico, se transforma en un mundo penumbroso lleno de espectros. Este desplazamiento es algo común del cuento romántico.
El cuento reúne varios motivos temáticos comunes en el romanticismo y que ya tienen unos antecedentes.
El donjuanismo es uno de los principales. El protagonista, don Félix, es un orgulloso y arrogante estudiante que no acepta otra ley que no sea la suya. Se parece en muchos sentidos al don Juan Tenorio de Zorrilla, en su donaire físico, su audacia y su cinismo. Don Félix es una nueva reencarnación del diablo, con la diferencia de que él no se arrepiente de nada, incluso a la hora de morir, al contrario que don Juan Tenorio.
La mujer transformada en esqueleto es un motivo temático espeluznante que guía a don Félix hasta la muerte. El encuentro nocturno con la dama misteriosa es una advertencia y una premonición del castigo que recibirá el protagonista. Esto aparece desde el Siglo de Oro, donde al final de la obra, antes de morir los personajes mostraban su arrepentimiento, aunque en este caso don Félix continua siendo desenfrenadamente arrogante.
La visión de su propio funeral tiene como antecedente La leyenda del estudiante Lisardo, donde el estudiante presencia su propio funeral al igual que Félix.  
El poder que creen tener los protagonistas los hacen ser como son, sus interminables acciones déspotas y criminales, de las cuales se arrepienten al morir, a excepción de algunos como don Félix.

La muerte de los protagonistas es algo que se ve mucho en los cuentos románticos, como por ejemplo La peña de los enamorados. Zulema, una bella mujer mora, está enamorada de don Fadrique, un soldado cristiano, pero ella piensa que su padre se opondrá a su relación. Intentan escapar juntos, pero una vez que el padre de Zulema les alcanza, los dos se tiran por una peña, no quieren vivir si no están juntos. Su padre, al no aceptar esta unión fue quien causó, en cierta manera, la muerte de los enamorados.

En La dama blanca de Baden, el cuento está centralizado en una leyenda, la historia de una mujer bella pero ambiciosa, que ansiaba el poder y mata a sus dos hijos para poder casarse con un joven de buena posición social. Esta leyenda, como se dice antes, centraliza el cuento, el encuentro con “la dama blanca” es una premonición de muerte para la persona que la ve.

Para terminar, el cuento El aparecido, también centralizado por la leyenda de un pueblo arruinado por un fantasma que acechaba a los habitantes, era el fantasma de un gran señor que residía en una villa, a su muerte fue muriendo cada más gente, de manera misteriosa. La presencia de fantasmas aparece de nuevo como un presagio de muerte, de nuevo un común motivo temático romántico.



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