En esta entrada publico un comentario sobre el capítulo XXVI de La Regenta.
En este fragmento podemos apreciar las diversas características realistas-naturalista de Clarín.
La ciudad de Vetusta se nos presenta como una sociedad que vive el conflicto de ideales de principios del siglo XIX. Dicho conflicto se refiere al cambio de una sociedad estamental del Antiguo Régimen, a la sociedad de clases que profesaba el Liberalismo. Así pues tanto la Aristocracia como la Iglesia se encontraran en un continuo conflicto por apoderarse de la hegemonía de Vetusta.
El tema con el que nos ilustra Clarín en este fragmento es la decisión de Ana de salir de Penitencia el Viernes Santo. Sin embargo esto conlleva a un trasfondo mayor, puesto que este acto de devoción se percibe en Vetusta como un ejemplo más del poder de persuasión que tiene Fermín de Pas, responsable de esta actitud fanática de Ana Ozores y que anteriormente había mostrado la conversión de Don Pompeyo en este mismo capitulo.
Es un objetivo primordial del realismo mostrar los conflictos que ocurría en la sociedad decimonoica a un nivel colectivo, sin duda esto se hará a través de un narrador en 3ª persona omnisciente y que se muestra lo más objetivo posible, convirtiéndose la literatura en un documento lo más fiel posible a la realidad.
Sin duda el realismo se ve reforzado por el naturalismo y percibirá ese esfuerzo por retratar los acontecimiento no solo mediante reacciones generales sino a nivel individual, el individuo y el medio están íntimamente relacionados en este fragmento.
Así pues la decisión de Ana se percibe de forma distinta entre la comunidad Vetustense. Por un lado tenemos la reacción de los Vegallanas, quien están considerados como la aristocracia moderna, que surge en el siglo XIX. Estos considerar esos actos puramente fanáticos y fuera de contexto. Vemos por ejemplo como la Marquesa esta completamente envidiosa de La Regenta y no precisamente de su espíritu religioso sino que será el centro de atención en toda Vetusta. Sin embargo por otro lado el populacho que se puede considerar como los habitantes más atrasados en cuanto ideales, ven esta idea como un autentico acto de devoción.
Esta actitud dual que muestran los Vetustense estará presente en toda la obra, debido al cambio tan forzoso que se vive en el siglo XIX, como hemos dicho una característica del realismo-naturalismo es la unión del personaje con su medio así Clarín piensa que la sociedad Española no a sabido asimilar los verdaderos conceptos del Liberasmo y lo que se nos muestra es una sociedad híbrida entre el pasado y un futuro pseudomoderno, por tanto los personajes tampoco tienen unos caracteres claramente definidos, sino que están en continuo conflicto entre ellos y su medio.
Aquí lo vemos en el caso de Ana que por un lado hace un acto que se supone con ánimo de misericordia y por una decisión personal pero por otro lado se siente avergonzada de lo que está haciendo, así mismo el Magistral no se siente como un canónigo orgulloso de su feligresa sino que se siente con actitud triunfante hacia si mismo por dejar claro su posición dominante.
Así pues el Naturalismo nos presenta la sociedad siempre degradada pues no se encarga de mostrar una realidad idealizadora como si lo hacía el neoclasicismo, pero no es intención del autor criticar este estado de degradación sino simplemente darlo a conocer, el escritor no es un juez quien dedica sino que se tiene que comportar como un científico quien observa, experimenta y muestra.
En este caso veremos tanto la descripción de los finos ropajes morados que lleva Ana Ozores como la sensación de dolor de sus pies descalzos al pisar las piedras o como se clavan las espinas en la corona que lleva Vinagre, lo que nos muestra una visión más humana en el sentido de imperfecta que nos hace simpatizar más con el pasaje litúrgico que nos está mostrando.
El hecho de que se nos situé en un tiempo o festejo concreto, nos da también esa sensación de verosimilitud que persigue el naturalismo, pues el lector se sentirá más identificado si reconoce algo tan popular como las fiestas nacionales.
Por lo tanto tenemos una visión bastante clara de la meta que pretendía Clarín al crear la ciudad Vetustense en su obra y que sirviera de espejo crítico a la España de principios de Siglo.
Jesús Vila García
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