martes, 20 de mayo de 2014

Don Juan Tenorio , José Zorrilla

Don Juan Tenorio de José Zorrilla (1844)
 En la primera parte de la obra podemos observar como Don Juan Tenorio se nos presenta con las características propias del burlador: es un hombre orgulloso, sin ningún tipo de escrúpulos, sin miedo a la muerte y  para él las mujeres no son más que trofeos que añadir a su mala fama.
En varias ocasiones de la obra se relaciona con el diablo:  así  en la primera en escena III del segundo acto , Don Luis admite que Don Juan se parece Satanás; también Brígida cuando habla con él a solas y le pregunta a Don Juan con quien  está, él afirma que está con el diablo ( acto primero escena II ) y el escultor a Don Juan le habla que Don Diego tenía un hijo que era peor que el demonio ( Acto primero, segunda parte).
Sin embargo está imagen de Don Juan no es una imagen clara en toda la obra y ciertamente hace dudar sobre su verdadera condición.
En primer lugar es muy significativo el final de la escena IX , en el acto cuarto ; cuando Don Juan de rodillas admite a Don Gonzalo que no puede vivir sin su hija, doña Inés, que la desea y que solo ella puede convertir a un demonio como él en un ángel. Sin embargo ni Don Gonzalo ni Don Luis le cree y deciden batirse en un duelo que acaba con la muerte de estos últimos.
También vemos que al manifestarse la estatua fantasmagórica de Don Gonzalo; Don Juan piensa que esto es una artimaña del Capitán Centellas y Avellaneda y también decide batirse en duelo, combate que le costará la vida de Don Juan.
 Por tanto vemos que Don Juan lo resuelve todo con violencia, aunque en un principio quiera emplear la benevolencia pero el espíritu del burlador siempre logra tomar el mando en la situación.

Incluso en la última escena cuando Dios consigue perdonar a Don Juan  gracias a la intervención de doña Inés, el mismo Don Juan admite que este dios de la clemencia es el dios de Don Juan tenorio. Así pues, no estamos ante un dios justo, sino que es un dios que se ha dejado persuadir por las lastimeras suplicas de doña Inés que al fin y al cabo sigue siendo una mártir bajo el yugo de Don Juan. Por tanto bajo mi punto de vista Don Juan no se “rehabilita” sino que simplemente emplea sus artimañas propias del burlador para engañar a su amada, a Dios y al propio lector.

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